Xerosis cutánea: qué es y por qué se produce

La xerosis cutánea es un padecimiento muy habitual. Tanto es así, que prácticamente todas las personas la hemos sufrido alguna vez. El verdadero problema aparece cuando se hace severa y se transforma en crónica.

Con este nombre, se denomina en medicina a la piel seca. En la capa más externa de esta, o epidermis, hay entre un diez y un quince por ciento de agua. Cuando esta cantidad disminuye, aparece la dolencia. Ahora que ya te hemos explicado que es la xerosis cutánea, vamos a mostrarte sus principales causas, síntomas y tratamientos.

Causas de la xerosis cutánea

La piel seca puede darse por razones de edad. Es la llamada xerosis senil. Pero también puede tener su origen en enfermedades de base más graves, como la diabetes, o acompañar a otras, como la psoriasis o la dermatitis atópica. Cuando el problema se agrava, la piel está muy seca y rígida, se aprecia muy arrugada e incluso puede llegar a descamarse.

Asimismo, es más frágil y vulnerable a eccemas e infecciones. Por otra parte, es más frecuente en las mujeres y aparece, sobre todo, en brazos, piernas y talones. Además de las que te hemos citado ya, otras causas de la xerosis cutánea más habituales son las siguientes:

  • El clima. Cuando es muy frío y seco o demasiado caliente, perjudica la piel. También la sequedad provocada por calefacciones o sistemas de aire acondicionado pueden originar la enfermedad.
  • Bañarse muy frecuentemente o por tiempo prolongado. Asimismo, algunos jabones pueden producirla.
  • Ciertos medicamentos tópicos u orales. Por ejemplo, los diuréticos.
  • Otras enfermedades. Además de la diabetes, la psoriasis o la dermatitis, que ya te hemos mencionado, pueden provocar xerosis cutánea la tiroides hipoactiva y el síndrome de Sjögren. Este último es, a su vez, una dolencia de tipo autoinmune en la que nuestro propio cuerpo ataca a sus tejidos sanos.
  • Falta de lípidos en la piel. Los lípidos funcionan como protectores dérmicos. Se sitúan en la capa córnea para unir sus células. Así, forman una barrera protectora que evita la eliminación de agua y, con ello, mantienen la piel hidratada. Sin embargo, cuando faltan, los líquidos salen al exterior resecando la piel.
  • Mala alimentación. Como el resto de nuestro cuerpo, la piel necesita una buena dieta para estar sana. La falta de determinados nutrientes la perjudica y deshidrata.

 

Síntomas de la piel seca

Esta enfermedad, cuando se halla en sus estadios más avanzados, se aprecia a simple vista. Pero es necesario detectarla antes para poder tratarla con eficacia. Entre sus síntomas más habituales está la sensación de tirantez en la piel. Esto se debe a que aumentan las células muertas en su superficie. Igualmente, debido a ellas se aprecia sequedad.

A su vez, la piel seca provoca enrojecimiento y, en fases avanzadas, escamas. Estas, en ocasiones, se muestran simplemente como un polvo fino que se desprende de la epidermis. Pero, quizá, la mejor evidencia de xerosis sea el picor. La piel se seca porque se deshidrata y se tensa. Con ello, cumple peor su cometido y esto genera picor.

 

¿Cómo se diagnostica esta dolencia?

El diagnóstico de esta enfermedad (xerosis cutánea) es relativamente sencillo. Como te decíamos, normalmente, el médico apreciará el problema a simple vista o al tacto. No obstante, puede pedirnos que hagamos ciertas pruebas. Esto será necesario si piensa que nuestra piel seca se debe a alguna enfermedad de base más grave como la citada diabetes.

En este caso, es imprescindible tratar, junto a la xerosis, la dolencia que la provoca. Porque las consecuencias de esta última pueden ser peores que la simple sequedad de piel. Además, mientras no se cuide la enfermedad de base, tampoco se curará la xerosis.

 

Tratamiento de la piel seca

Una vez diagnosticado el problema, el dermatólogo nos dará un tratamiento que incluirá medicación y pautas de conducta. Respecto a la primera, normalmente consistirá en algún esteroide tópico para poner en las zonas inflamadas y con picor. Pero también en humectantes en forma de cremas con urea y ácido láctico.

Las pieles secas son deficitarias en urea. Por ello, al reponerla, se mejora la dolencia. Pero, si además se usan pomadas con el citado ácido y con ceramida, los beneficios son mayores para la dermis.

Por otra parte, el especialista también nos indicará ciertas pautas de conducta para evitar que vuelva a aparecer la xerosis. Estas guardarán relación con las causas que te hemos indicado anteriormente. Así, nos aconsejará que no tomemos baños prolongados ni de agua muy caliente. También nos recomendará que usemos jabones neutros y que protejamos nuestra piel contra el frío y el calor intensos. Incluso nos pedirá que utilicemos ropa de fibras naturales y que la lavemos con detergentes, asimismo, sin tintes ni perfumes.

En conclusión, la xerosis cutánea no es otra cosa que la piel seca. Se produce cuando sometemos a esta a malas condiciones, pero su tratamiento es relativamente sencillo. Sin embargo, no debe abandonarse, porque puede convertirse en crónica.

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