Ola de calor

Cada vez es más habitual que distintos organismos científicos nos informen cada poco tiempo de que vivimos algunos de los periodos con las temperaturas medias más altas. ¿Pero conocemos que es una “Ola de calor”? ¿Sabemos qué hacer frente a esta?

Una “Ola de calor” se trata de episodios de temperaturas anormalmente altas, que se mantienen varios días y afectan a una parte importante de nuestra geografía.

Algunas regiones son más susceptibles a olas de calor que otras. Por ejemplo, los climas de tipo mediterráneo presentan una canícula en la que si se producen olas de calor, el período puede convertirse localmente en extremadamente cálido.

Las olas de calor o canículas severas pueden ocasionar muertes por hipertermia, conocida como “golpe de calor”. Adultos mayores, niños muy pequeños, enfermos y obesos son la población de más alto riesgo para las enfermedades derivadas de la ola de calor.

La consecuencia menos grave del estado de hipertermia está relacionada con la aparición de espasmos o calambres musculares, probablemente causados por la pérdida de agua y de ciertos minerales, componentes fundamentales del sudor.

Un estado algo más complicado que anterior, es el síncope o agotamiento por calor. Es probable que se produzca por una incapacidad del sistema cardio-vascular y sanguíneo para satisfacer por un lado el flujo sanguíneo que demandan los músculos. Algunos síntomas presentes durante el agotamiento o síncope de calor, son la debilidad extrema, agotamiento general, cefalea, meros, náuseas, sudoración copiosa, piel fría, taquicardia y estados de inconsciencia.

En realidad el “golpe de calor” no es sólo característico de las personas deportistas; temperaturas altas en la época de verano puede provocar perturbaciones en el estado de salud e incluso la muerte de las personas, siendo las más vulnerables la población infantil y de la tercera edad.

Consejos antes una ola de calor

Optar por una alimentación fresca y ligera

Los mejores alimentos a consumir durante una ola de calor son aquellos que aportan agua a nuestro organismo, y además son refrescantes: frutas, hortalizas frescas y ensaladas. Eso sí, debemos siempre lavarlas bien antes de consumirlas.

También es imprescindible aumentar la hidratación, optando por agua mineral fresca y zumos naturales. Recuerda que las bebidas muy azucaradas (como los refrescos), no solo no calman la sed sino que además la aumentan. No se aconseja el consumo de bebidas muy azucaradas, alcohólicas o cafeinadas.

Se recomienda evitar comidas copiosas y en exceso, evitando a su vez comidas fácilmente contaminables, como es el caso de las ensaladillas rusas o salsas como las mayonesas.

Alimentos frescos y ligeros para combatir el calor

Evita la exposición al sol

Si te encuentres en grupos más vulnerables…Lo más recomendable es quedarte en casa durante los días de mayor calor, y no salir a la calle en los momentos más calurosos del día (de 12 a 16 horas).

Si no te encuentras dentro de los denominados como “grupos más vulnerables”, la recomendación básica es evitar la exposición solar demasiado tiempo, o bien en horarios en los que los rayos solares llegan más verticalmente (esto es, entre las 12 a las 16 horas). Se debe evitar y reducir la actividad física y el ejercicio físico al aire libre cuando el calor sea excesivo.

Si decides tomar el sol

Lo mejor es tomar el sol de forma progresiva, empezando con sesiones de 15 a 20 minutos y aumentando el tiempo pero siempre sin superar las exposiciones de 2 horas seguidas.

Se aconseja a su vez protegerse con sombrero, y si debes salir de casa, utilizar ropa holgada, ligera y cómoda.

Utiliza la protección solar adecuada

Es conveniente no solo que utilices siempre una crema fotoprotectora adecuada según tu tipo de piel, sino renovarla cada 2 horas, o bien cada vez que salgas del agua.

Cuidado con los más pequeños

Cuidado con los más peques

No es recomendable que los menores de 3 años se expongan al sol en los días de mayor calor, o mientras dure la citada ola de calor.

En el automóvil

Nunca dejes a los niños ni a las personas mayores en el interior de un vehículo cerrado.

Si viajas con personas vulnerables, presta especial atención a los cambios bruscos de temperatura que se producen al entrar y salir del vehículo y que pueden afectar a los pasajeros del mismo. Tomando las precauciones necesarias; aumentar progresivamente la temperatura del interior del mismo.

Cuando hagas un viaje largo no olvides descansar y refrescarte.

Prevee y lleva líquidos para hidratarte.

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