La homeopatía, un aliado de la cistitis

Las infecciones urinarias no son una patología que deba pasarse por alto y tomarse a la ligera, ya que al ser descuidadas o mal tratadas pueden provocar problemas mayores, sobre todo en los riñones. Es muy importante recordar que estas afecciones son ocasionadas por la invasión de microorganismos en el tracto urinario, lo que genera molestias y necesidad frecuente de orinar.

Las infecciones más habituales son generadas por bacterias aunque también pueden presentarse a causa de virus, hongos o parásitos. El responsable de muchas de ellas es el microbio Escherichia Coli, que normalmente vive en el intestino.

Ante las primeras molestias es fundamental acudir al médico para que nos prescriba un tratamiento. Es aquí donde la homeopatía puede ser de utilidad para tratar la sintomatología asociada a esta enfermedad, de acuerdo con el perfil del paciente. Esta terapia puede ser una herramienta útil en el tratamiento tanto de los episodios agudos como en el caso de los pacientes que recaen frecuentemente en este tipo de infecciones.

La elección de alguno de estos medicamentos dependerá de las características de cada paciente y del problema que presente. Será el profesional sanitario el encargado de diseñar el tratamiento a seguir y de determinar si debe suministrarse el fármaco homeopático de forma complementaria a un posible tratamiento con antibiótico, o bien en exclusiva. Hasta la fecha, no se han descrito interacciones entre los medicamentos homeopáticos y otros medicamentos.

La homeopatía puede resultar una opción de tratamiento a tener en cuenta por el paciente porque no valora sólo los síntomas propios de la infección, como son el aumento de la frecuencia miccional (polaquiuria), el dolor al orinar (disuria) o la necesidad constante de orinar, se valora también aspectos personales y singulares del paciente.

El doctor José Manuel García, especialista en medicina intensiva destaca que la realización de los estudios para diagnosticar esta infección urinaria dependerá de las características y gravedad del paciente, aunque los de rutina son el examen físico y análisis de orina. Una vez confirmado el diagnóstico, los especialistas elegirán los tratamientos personalizados para cada paciente, ya que no todos deben seguir el mismo.

Asimismo ha remarcado que el tratamiento deberá acompañarse de una dieta equilibrada, un consumo de dos litros de agua al día y una adecuada higiene tras ir al baño y durante la ducha. La hidratación constante es también una manera excelente de prevenir la cistitis, pues con la orina se expulsan esas sustancias nocivas que pueden ocasionarla. Es aconsejable, por tanto, acudir al baño cada dos o tres horas.

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